Fragmento de Caja de fractales
El año 2033
Ven tuberías gigantes que bajan en picada hasta el fondo del mar, ven un salón central y espacioso con un techo que se extiende cien metros hasta el cielo de la cueva, ven en el techo una bóveda circular por donde entra la luz del sol tapada con vitrales verdes, rojos, amarillos y el diseño de una monumental orquídea en el cielo lleno de mariposas vivas, ven incontables especies de plantas que cuelgan del techo, ven decenas de adolescentes y niños trabajando en computadoras, programando máquinas incansables que arreglan los interiores de La Catedral y en ascensores que bajan al fondo del mar y suben con alimentos, ven a unos pocos viejos que organizan bibliotecas, ven un mapa interactivo del mundo en una pantalla oscura que suelta números que viajan por el continente latinoamericano, ven interminables ruedas, alambres, válvulas, cristales, contenedores, túneles subterráneos que parecen infinitos, laboratorios, centros metalúrgicos, y vagones de trenes mineros que apenas producen ruido y parecen sostenidos por electromagnetismo, ven el engranaje de la abundancia subterránea bajo la superficie de un mundo completamente modificado por la escasez; y, sin apenas hablar, sienten juntos la triste y hermosa fortuna de ser testigos de un futuro que no los necesita.
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