Copia-de-Agregar-un-titulo-1500-×-500-px
07.Irana_Douer

Fragmento de Malasangre

La tercera secuencia de la película comenzó con su imagen erguida frente a mí. Sostenía algo con las manos entre sus piernas, mientras sonreía; para ciertos hombres, su lujuria es un regalo ofrendado a las mujeres. Estuvo un rato intentando algo en la oscuridad, una mueca en su cara indicaba su frustración. Quise decir algo, pero me miró con la expresión enrojecida de un animal. Como si yo hubiera tenido la culpa de que las cosas no salieran como esperaba, se abalanzó, furioso, sobre mí. Me dio un puñetazo y perdí un poco la orientación hasta sentir sus manos rugosas en mi cuello. Mientras intentaba ahogarme, mis brazos no podían alcanzarlo. No sé cómo consiguió someterme, me volteó sobre la cama y presionó mi perfil sobre la sábana. Yo tenía los ojos vueltos hacia la mesa de noche al lado de la cual descansaba el bastón. Una garra suya bordeó mis nalgas. «Ha sido viciosa y merece un escarmiento», me susurró al oído. Cerré los ojos. Cuando los abrí, faltaba el bastón. Entonces, un dolor intenso me atravesó por detrás, como si me hubieran clavado una estaca. El sufrimiento me partió en dos. De entre las mitades de mi cuerpo se escurrió mi alma. La miré pasar frente a mí: tenía el cuerpo de una mujer melancólica con la cara pétrea, como una estatua clásica cuando se sale de su pedestal. Parecía una no-muerta, pero no estaba viva.

La rabia fue un reflujo violento ahogándome. Por fin me salieron los colmillos y se revirtieron nuestros papeles. La mujer en esa cama había perdido su alma y era perversa, por eso podía hacer cualquier cosa. Lo mordí, pero no solo para defenderme, sino porque se lo merecía. Creo incluso que me excitaba mi superioridad sexual de mujer joven sobre él. Sobre el sabor amargo de su sangre se superpuso la consciencia de estar bebiéndome el líquido vital del engranaje de poder de la tiranía. La sangre de don Juancho era la sangre de general Gómez, era la savia del poder. ¿Y si resultaba petróleo de aquella sustancia vil? En ese momento emergió la vampira dentro de mí, para agazaparse definitivamente en el lugar vacío dejado por mi alma.

Sedes

LOGOS_SEDES

Apoyan

LOGOS_APOYAN

Acompañan

LOGOS_ACOMPANAN

Contacto

info@desmadres.org